Una vez que uno se interesa por el fascinante pero complejo mundo del cannabis, rápidamente se topa con un término un tanto bárbaro: el sistema endocannabinoide, normalmente abreviado como SEC. A su mención, fragmentos de lecciones de biología y química chocan en nuestras mentes sin proporcionarnos muchas respuestas. Sin embargo, aparte de la repulsiva terminología, su funcionamiento no es tan complicado de entender.
Mejor aún, en realidad resuelve gran parte del misterio de por qué los cannabinoides, cannabidiol (CBD), tetrahidrocannabinol (THC) y cannabigerol (CBG) , tienen efectos en el cuerpo humano.
¿Le interesa? Se lo explicamos de forma muy sencilla.

El sistema endocannabinoide explica los efectos del cannabis en el organismo
Sistema endocannabinoide: definición
Consideremos trivialmente un sistema de llaves y cerraduras. Lógicamente, cada cerradura sólo puede abrirse si está asignada a la llave correcta. Sencillo, ¿verdad? Así es exactamente como funciona el sistema endocannabinoide. Se trata simplemente de un sistema biológico constituido por una red de “cerraduras”, aquí llamadas receptores (volveremos sobre ello dentro de un momento). Estos receptores sólo pueden ser activados por sus correspondientes “llaves”: los cannabinoides. En cuanto el cannabinoide se une al receptor, se abre la “puerta”, o más bien se produce un efecto muy específico.
Receptores CB1: acceso directo al cerebro
Los receptores CB1 están presentes principalmente en nuestro cerebro, más concretamente en nuestro sistema nervioso central. De forma más anecdótica, también los encontramos en nuestro sistema nervioso periférico y, sobre todo, en los tejidos del intestino, el hígado, el tejido adiposo (la “grasa”) y el sistema cardiovascular. Los sensores CB1 también se encuentran en los pulmones, los músculos y los genitales. En otras palabras, en casi todo nuestro cuerpo. Esta multitud de sensores CB1 dispersos ayuda a explicar por qué los efectos del cannabis pueden ser tan variados en el cuerpo humano.
Los sensores CB1 intervienen así, en particular, en el procesamiento de nuestras emociones o influyen en nuestra memoria. Estudios científicos recientes también tienden a destacar el papel de los receptores CB1 en el aumento de peso de la UE.
El THC forma una excelente pareja con los receptores CB1 y, por lo tanto, se une fácilmente a ellos. Esto explica en parte la capacidad de la molécula para jugar con nuestras mentes, especialmente con sus famosos efectos de levitación. Antes del descubrimiento de este sensor CB1 en 1988, el modo de acción del THC en el organismo era difícil de comprender, incluso para la comunidad científica. Por tanto, su estudio plantea un gran reto para el desarrollo del sector del cannabis, especialmente en lo que respecta al llamado cannabis medicinal, que sigue estando prohibido en España.
Receptores CB2: Actores del sistema inmunitario
A diferencia del CB1, los receptores CB2 son más específicos y se centran principalmente en nuestro sistema inmunitario, incluido el bazo y el sistema gastrointestinal. Es a través de ellos que el efecto antiinflamatorio del cannabis light, atribuido principalmente al CBD, que se une fácilmente a los receptores CB2.
Además de los receptores CB1 y CB2, algunos investigadores creen que probablemente existen otros receptores que contribuyen al funcionamiento del sistema endocannabinoide. Esta hipótesis se basa en los resultados de estudios iniciales que demuestran que la ingestión de cannabinoides también puede tener efectos en partes del cuerpo que se sabe que no contienen ni receptores CB1 ni receptores CB2. Sin embargo, aún queda mucho por hacer antes de obtener resultados indiscutibles que nos permitan identificarlos y comprender su influencia en nuestro organismo, así como los cannabinoides que pueden o no activarlos.

Al unirse a los sensores CB1 y CB2, los cannabinoides actúan sobre los sistemas inmunitario y nervioso
Cannabinoides, fitocannabinoides, endocannabinoides: diferencias
Los cannabinoides son una gran familia de moléculas, de las que ya se han identificado varias docenas, número que en realidad podría ascender a varios centenares. Entre los más conocidos están el THC y el CBD, pero también el cannabinol (CBN), el cannabicromeno (CBC) o el cannabiciclol (CBL). Por lo tanto, todas estas moléculas extraídas del cannabis son producidas por las plantas. Se denominan fitocannabinoides.
Pero entonces, ¿el cuerpo humano estaría dotado de un complejo sistema que sólo puede activarse tras el consumo de cannabis? ¡Claro que no!
Endocannabinoides: un papel decisivo para el cuerpo humano
De hecho, los endocannabinoides son simplemente cannabinoides producidos de forma natural por el cuerpo humano. Tienen un efecto en nuestro organismo y, debido a su gran parecido, a veces se les da protagonismo por los fitocannabinoides que consumimos. La Dra. Ruth Ross, profesora de la Universidad de Toronto y gran experta en farmacología cannabinoide, lo explica de forma muy sencilla en una charla TEDx dedicada Además, nuestro entorno contiene cambios químicos que a su vez provocan cambios en nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Esto es exactamente lo que ocurre cuando consumimos cannabis.

Nuestros sistemas endocannabinoides reaccionan de forma diferente
¿Por qué cada persona reacciona de forma diferente al cannabis?
Al tomar cannabis en cualquiera de sus formas, una persona también consume cannabinoides. Estos cannabinoides externos se añaden a la producción natural del cuerpo e interactúan con el sistema endocannabinoide. Por lo tanto, esto conduce lógicamente a cambios en el funcionamiento de nuestro cuerpo. Sin embargo, en términos de biología, no todos somos iguales y todos tenemos un número variable de sensores que, además, están situados en distintas partes del cuerpo. Es precisamente esta configuración tan singular la que desencadenará nuestra respuesta a los cannabinoides por razones que aún están más o menos bajo control.
Además, la predisposición biológicaUnavariedad de otros factores desempeñan un papel complementario en nuestra respuesta única a los cannabinoides.
Encontramos entre las más importantes:
- Los propios cannabinoides ingeridos, cuyos efectos son todos muy diferentes (especialmente los niveles de THC y CBD). Sus efectos combinados también difieren de sus efectos aislados. Es el famoso efecto séquito.
- Cantidad consumida: A mayor cantidad, mayor impacto.
- Estado general de salud: un cuerpo sano tiene un sistema inmunitario más fuerte y, por tanto, reacciona de forma diferente a un cuerpo ya enfermo.
- Estado de ánimo general: nuestra salud mental influye directamente en nuestras reacciones.
- Modo de consumo: A altas temperaturas, los cannabinoides, por ejemplo, pueden alterarse o transformarse en otras moléculas. La presencia o ausencia de sustancias grasas también implica que los cannabinoides son más o menos bien absorbidos por el organismo.
En conjunto, estos factores biológicos, psicológicos o ambientales forman y ayudan a describir la ley de acción Esto conduce al hecho de que todos reaccionamos de manera diferente al cannabidiol y a otros cannabinoides.
¿Cómo podemos reforzar nuestro sistema endocannabinoide?

Hay muchas formas de fortalecer el sistema endocannabinoide, como el ejercicio físico.
Como ya se ha mencionado, el sistema endocannabinoide desempeña un papel importante para el organismo, especialmente a través de nuestro sistema nervioso e inmunológico. Sin embargo, necesita cannabinoides para funcionar. En la mayoría de los casos, los endocannabinoides (recordemos, aquellos que nuestro cuerpo puede producir por sí mismo) son suficientes para ello. En algunos casos, sin embargo, los sensores CB1 y CB2 pueden estar defectuosos o no ser lo suficientemente numerosos. Esto se denomina deficiencia endocannabinoide clínica.
La ingesta adecuada de fitocannabinoides podría entonces permitir superar estos problemas. Al menos eso es lo que sugieren algunos estudios. Sin embargo, parece que nuestro cuerpo no almacena los cannabinoides, independientemente de su procedencia, sino que los utiliza o los elimina en un plazo relativamente corto. No tienes que tragarte una botella entera de aceite de CBD, ¡no será suficiente! Por el contrario, si se encuentra la ayuda de cannabinoides externos, una ingesta menos concentrada pero más regular parece ser la opción preferida.
Existen otras opciones igual de fáciles y naturales para potenciar nuestro sistema endocannabinoide:
- Practicar deporte: especialmente ejercicios de resistencia como correr o montar en bicicleta, que favorecen la producción de anandamida en el cerebro, un neurotransmisor que promueve el bienestar (un poco como la dopamina o la adrenalina).
- Consume omega 3, 6 y 9 (semillas de cáñamo, pescados grasos como el salmón, frutos secos, etc.).
- Consuma productos ricos en cariofileno, un terpeno muy común en el cannabtr5is, pero también en la pimienta, el romero o el lúpulo.
- Pasando a otrosfabricantes de moléculas próximas a los cannabinoides.
Conclusión: Conocer el ECS para consumir mejor tu CBD
Comprar CBD no es necesariamente una tarea fácil porque la variedad de productos es muy grande. El CBD fue tímido en sus inicios en los mercados europeos y ahora está en todas partes. Por lo tanto, conocer la existencia y el funcionamiento general del sistema endocannabinoide nos permite anticipar los efectos que pueden producirse tras el consumo de cannabis light. Si entendemos qué es la SEC, también podremos comprender mejor por qué existen algunos efectos secundarios del cannabis, pero también cómo evitarlos.
Preferir un producto elaborado a partir de cannabis legal, de calidad y, por tanto, a favor del CBD en detrimento del THC es, por tanto, esencial. Con conocimiento de causa, todo obliga también a tener en cuenta nuestro estado general en el momento de la ingesta y comenzar con dosis ligeras, aumentando a medida que surja la necesidad hasta conseguir los efectos deseados. Consumir más (cantidad) o menos bien (sobre todo demasiado caliente o de peor calidad) es por tanto contraproducente y no permite necesariamente reforzar el efecto del cáñamo en el organismo.