Hay mucho más en el mundo de la ciencia del cannabis que los conocidos THC y CBD. Una de estas sustancias menos conocidas es la cannabicromevarina, abreviada CBCV. Pertenece al grupo de los cannabinoides, de los que se han identificado más de 100. Los más conocidos son, sin duda, el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), valorados por sus propiedades psicoactivas y medicinales, respectivamente. Sin embargo, los descubrimientos sugieren que el CBCV también tiene un potencial terapéutico considerable. A continuación, examinaremos más de cerca qué es el CBCV, en qué se diferencia de otros cannabinoides y qué aplicaciones potenciales podría tener en el futuro.
Estructura y origen del CBCV
Químicamente, el CBCV es estructuralmente similar a su homólogo el cannabicromeno (CBC). La principal diferencia es que el pistón lateral del CBCV tiene tres átomos de carbono (grupo propilo) en lugar de cinco (grupo pentilo). El nombre químico del CBCV es, por tanto, 2-metil-2-(4-metilpent-3-enil)-7-pentilcromen-5-ol. Se produce a partir de la cannabigerovarina (CBGV) mediante la enzima CBCV sintasa, que se une a la CBGV en la planta de cannabis y la convierte en CBCV. El CBD, el THC y el CBC se forman de forma similar a partir de sus respectivos precursores, la cannabidiolvarina (CBDV), la tetrahidrocannabinolvarina (THCV) y el CBC.
El efecto séquito: cómo influye el CBCV en los efectos de otros cannabinoides
Además de los cannabinoides, la composición química del cannabis también incluye terpenos, flavonoides y otros compuestos químicos. Se ha observado que muchos de estos componentes interactúan entre sí, creando un sinergismo conocido como “efecto séquito”. ¿Qué significa esto para el CBCV? El efecto séquito describe el principio de que los cannabinoides como el CBCV son más eficaces en combinación con otros principios activos de la planta que aislados o en forma pura. Esto significa que el CBCV podría reducir potencialmente la función y los efectos del THC al unirse a los mismos receptores del sistema endocannabinoide (SCE) del organismo. Sin embargo, como todavía hay que investigar, estas correlaciones sólo pueden conjeturarse hasta ahora.
¿Puede el CBCV “colocarte”?
A diferencia del THC, el CBCV no es psicoactivo, lo que significa que no produce los efectos embriagadores o alteradores de la mente típicamente asociados a la intoxicación por cannabis. Se trata de una característica ventajosa para los investigadores y los pacientes que buscan aplicaciones terapéuticas sin tener que aceptar el “colocón” del THC.
Posibles aplicaciones médicas del CBCV
Alivio del dolor
Una de las posibles aplicaciones del CBCV podría ser su efecto analgésico. Los estudios en animales han demostrado que todos los cannabinoides -incluido el CBCV- pueden reducir la sensación de dolor gracias a sus efectos antiinflamatorios y analgésicos. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para determinar si el CBCV puede utilizarse solo o en combinación con otros cannabinoides para tratar el dolor.
Propiedades antiinflamatorias
Algunos estudios sugieren que el CBCV tiene propiedades antiinflamatorias. Su efecto es incluso mayor que el de los AINE, como el ibuprofeno. Los pacientes con enfermedades autoinmunes o crónicas que causan inflamación crónica en el organismo podrían beneficiarse de su efecto antiinflamatorio.
Antidepresivos
Diversos estudios han demostrado que ciertos cannabinoides, como el CBD, tienen efectos positivos sobre la depresión y los trastornos del estado de ánimo. Como el CBCV también influye en el sistema de la serotonina, posiblemente podría probarse en combinación con otras sustancias naturales, como los terpenos o los flavonoides, como opción de tratamiento alternativo de la depresión.
Anticonvulsivos
Uno de los potenciales médicos más prometedores del CBCV reside en el tratamiento de la epilepsia. Los resultados preliminares indican que tiene un efecto anticonvulsivo en los trastornos convulsivos. Esto podría beneficiar especialmente a los pacientes resistentes a los fármacos convencionales.
Conclusión: El futuro del CBCV
Aunque todavía se necesitan muchos estudios para proporcionar una evaluación más precisa de este fascinante cannabinoide, ya hay motivos para creer que el CBCV tiene un potencial terapéutico significativo. En los próximos años, los estudios clínicos podrían demostrar si es posible realizar con éxito aplicaciones médicas y cuáles. Por lo tanto, cada vez es más evidente que los descubrimientos en torno al CBCV son sólo la punta del iceberg en el campo de la investigación sobre el cannabis.